Una y otra vez he estado confrontado con la pregunta "que es el arte?" o mejor dicho "que es una obra de arte?" Sobre este tema hay mucho escrito, pero nada que me haya convencido. Esto no es novedad puesto que el arte trata de la belleza que es un concepto predominantemente abstracto y relacionado mas que nada con los sentimientos que con alguna fórmula matemática. Bueno... a quién no le pasa a veces que parado frente a una supuesta obra de arte piensa "Dios mío...qué es esto?...Mi hijo también lo podría hacer". A pesar de que mi interés por la pintura y el arte no son nuevos y me han llevado a estudiar y leer innumerables biografías, manifiestos, críticas, comentarios, etc. y presenciar exposiciónes de todo tipo de artistas, épocas y estilos, sigo preguntándome frente a algunas obras, si estas son verdaderamente arte. En realidad, como artista, debería ser una persona abierta, tolerante, comprensible. De hecho, en muchos aspectos lo sea, pero no puedo serlo con el arte. El punto de partida de mis reflexiones fue en mis clases de historia del arte donde tuve la oportunidad de ver por primera vez la obra de Marcel Duchamp "Fountain":

Si bien el objetivo que perseguía Duchamp era el de cuestionar el arte tradicional y el racionalismo dominante en la época, no puedo dejar de pensar que un mingitorio no es una obra de arte. Duchamp logró seguramente conmigo su objetivo. La obra de este artista, como acontecimiento dentro de la histora del arte, está justificada. Lo que a mi a veces me preocupa es que hoy, después de mas de 90 años, sigo encontrando en museos y exposiciones muchos mingitorios que no se están precisamente en el baño.

Unos meses atrás, tuve el agrado de ver la exposición "rombos tristes" de Thomas Huber en Tübingen, un pintor Suizo nacido en Zurich en 1955 (http://www.huberville.de/). Su pintura me fascinó. Sus motivos son principalmente grandes habitaciones relativamente vacías con muy pocos objetos de un gran peso significativo pero también plástico y compositivo. Estas habitaciones con mosaicos, ventanas, puertas, sillas y reflejos están realizadas, desde el punto de vista de la perspectiva, en forma perfecta. Este aparente realismo se rompe a través de la ausencia de vida y la extraña e irreal disposición de estos objetos y la selección de los colores. La atmósfera resultante es impactante. Las mayoría de las obras son de gran tamaño y lo envuelven al espectador cubriendo prácticamente todo su campo visual. Thomas Huber no es solo pintor sino también escritor. En la exposición, acompañando a las pinturas, había textos del artista, explicando su obra y pensamiento. Uno de los textos quedó resonando en mi mente por varios días. Al principio no supe la causa, pero luego de un tiempo descubrí que en ese texto expresado en forma muy personal, se escondía una definición de arte. El texto decía lo siguiente:

"No, usted no puede ver el cuadro. De ninguna manere puede usted ver el cuadro. Porqué no puedo ver el cuadro? usted lo vería muy velozmente. Eso me preocuparía. Usted vería el cuadro, para el que yo necesité tanto tiempo, demasiado rápido. Usted dedicaría un vistazo, a lo que yo dediqué toda la vida. Si, toda una vida. Usted dedicaría solo un vistazo a mi vida. Esto sería insoportable. No, usted no puede ve el cuadro."

En este párrafo he descubierto una simple forma para distinguir el arte de lo que no es arte: si parado frente a una obra puedo ver a travéz de ella la vida y el esfuerzo del artista, entoces estoy viendo una obra de arte.